Aguascalientes.- Un hombre tragafuego que acude por las noches al crucero de segundo anillo y prolongación Alameda lleva a un niño que le ayuda y sortea el peligro de los carros.
Se cree que casi no existen menores de edad trabajando en las calles, pero ésta es una prueba de que la situación en el estado es crítica y que personas de la calle arriesgan a los suyos por conseguir qué comer.
Aunque parece mentira, en dicho crucero del oriente de la ciudad, el tragafuego gana más en esta esquina que si trabajara en una fábrica, pero son más los riesgos que implica esta actividad.