Otro confinamiento como el que plantean las autoridades para bajar el nivel de riesgo de la pandemia de Covid-19 sería letal para todos, pues la economía se vería afectada al igual que los ingresos de los trabajadores, las familias, el comercio y la producción en las empresas, advierten comerciantes y prestadores de servicios.
Coincidieron en señalar que la situación económica apenas empieza a dar visos de repunte y si se decreta una nueva suspensión de actividades no esenciales seguramente lloverán los amparos contra ese tipo de decisiones unilaterales y perniciosas, debido a que con toda seguridad se agudizarán los cierres definitivos, sobre todo de pequeños y medianos comercios, porque de parte de los empresarios no hay recursos para tener siquiera a medio sueldo a los empleados.
Comerciantes de diversos ramos, así como prestadores de servicios de los sectores hotelero, restaurantero, transportista y del entretenimiento, como es el caso de los antros y bares, mencionaron que un tercer confinamiento “sería tanto como darle la puntilla a miles de negocios que se las están viendo muy negras para sostenerse activos por las difíciles condiciones del mercado”.
Calificaron además como mera pose el señalamiento que hicieron la víspera las autoridades sobre la posibilidad de restringir nuevamente las actividades no esenciales para tratar de llegar más pronto al verde en el semáforo de riesgo y bajar la transmisión de los contagios, cuando en los hechos ya hasta quieren apresurar la reanudación de actividades presenciales en los salones de clases.
“Si en realidad hubiera la intención de hacer algo para acotar a la pandemia y los riesgos a la salud de la población que esta genera, las autoridades no hubieran autorizado la realización de eventos masivos de todo tipo como los que ya están llevando a cabo todos los fines de semana, como es el caso de los festejos taurinos, los juegos de futbol con presencia de aficionados en las gradas, los bailes en salones grandes y la reapertura de sus balnearios”, expuso uno de los prestadores de servicios que no están de acuerdo con la pretendida restricción de las actividades y de la movilidad de la población, “no porque se apoye el relajamiento social, sino porque un nuevo decreto de ese tipo obligaría casi que en automático a cerrar en definitiva cientos, si no es que miles de negocios de todo tipo que apenas están sobreviviendo”.
