Casi olvidadas y escondidas se encuentran las pocas vecindades que quedan en la ciudad, ya que con el paso de las generaciones su uso se ha ido diluyendo y los más marginados son quienes las ven como opción para vivir.
Hace años en La Purísima era donde se encontraban localizadas la mayoría de las vecindades, las cuales eran destinadas en su mayoría para ferrocarrileros y otras estaban en los alrededores del Jardín de Zaragoza, donde ahora se pueden ver varios hoteles.
En la época ferrocarrilera, las vecindades eran como mesones, pues había carencia de lugares de este tipo, pero eran consideradas para los viajeros.
Las vecindades fueron aquellos mesones olvidados que dieron alojamiento a familias, pero no sólo por días o semanas, sino de manera permanente.
Ahora esas casas viejas son un problema para los colonos, ya que en algunos casos son ocupadas por malvivientes que roban, se drogan y donde incluso se da la prostitución.
Son sitios que han sido rebasados por el tiempo y se quedaron enclavados en plena marcha urbana y aunque autoridades han referido retirarlos en su totalidad, esa fecha no llega.
