Aguascalientes.- Dueños de los changarros empezaron a bajar la guardia, pues aunque pongan letreros en sus tiendas, es la misma raza la que no se fija y ni caso hace.
“Al principio se les decía por dónde entrar y por dónde salir, además del uso obligatorio del cubrebocas, pero la gente se molestaba y ni siquiera entraba, otras veces hasta mentadas me llevaba”, comenta el dependiente de una tienda de abarrotes.
Ahora que los contagios están por todos lados, la raza sigue sin creer en el virus, y aunque se les ponga mil avisos, es por demás, si los tenderos se ponen exigentes se quedan sin clientes, a la gente le sigue valiendo.