Aguascalientes.- Las que no se rajan son las jefecitas vendedoras de menudo.
Ellas cada domingo le madrugan para alivianar a uno que otro crudo y aunque en tiempos de pandemia sólo lo venden para llevar, la raza se sigue amontonando, pues el chiste es no quedarse con ese suculento platillo dominguero.
Los puestos hacen su lucha; también los clientes deberían seguir las indicaciones de cuidarse y mantener la sana distancia.