Aguascalientes.- De buenas a primeras la mandaron a su casa.
Cuenta Sandra que se las está viendo muy negras ante la cuarentena. Tiene ocho años vendiendo comida y aguas frescas afuera de la Clínica 8, pero la mandaron a su casa a resguardarse. Se siente desesperada, pues es madre soltera y tiene tres hijos; el más pequeño con autismo y necesita escuela especial.
Sandra es una de los cientos de comerciantes ambulantes que han sido afectados por la pandemia que azota nuestro país. Ella vive de lo que vende y si no sale a vender no comen sus hijos.
En su desesperación ha buscado diferentes alternativas para vender desde su casa.