Aguascalientes.- ¡Ya les cayó el chahuistle!
Si no es una cosa es otra, dice Don Javier, quien tiene diez años de ser pepenador.
Don Javier, al igual que varios compañeros viven de lo que pepenan diariamente y no se pueden dar el lujo de quedarse en sus casas para resguardarse del virus.
Dicen que se sienten todavía más desprotegidos, pues trabajan directamente con los desechos y están en mayor riesgo de pescar alguna enfermedad, pero no tienen de otra.
Es lamentable la situación que se está viviendo a nivel mundial y no todos tienen las mismas posibilidades; en este caso los pepenadores se las están viendo negras, pues si no trabajan, no comen.