Aguascalientes.- Estudiantes de secundaria son incitados a la violencia; a través de todo tipo de presiones se les obliga a pelear con compañer@s, de lo contrario, les espera el eterno bullying el resto de su estancia en el plantel educativo.
Directivos escolares, personal de trabajo social y psicología no son ajenos a la realidad que se vive en las escuelas, sin embargo, la toleran y tachan de problemáticos a quienes se atreven a quejarse del acoso en todas sus modalidades, incluido el ciberbullying.
Por su parte, los adolescentes acosadores, tanto hombres como mujeres, quieren ver pelea todos los días, ya sea entre niños o entre niñas.
Rocío N señala que ya no aguanta más, durante el día sus compañeras la agreden, la empujan, le jalan el cabello, la insultan y la retan a pelear a la hora de la salida.
“Si no digo nada, los golpes y los insultos no paran, y si me atrevo a contestarles y ponerles un alto, la cosa se pone peor y me amenazan con golpearme a la hora de la salida”, comenta Rosy, una de las estudiantes víctimas del acoso que se vive al interior de su plantel, a donde no desea asistir más, y lo primero en que piensa cada día al despertar, es el infierno que le tocará vivir.
Para no pelear, en ocasiones ha tenido que salir de la escuela corriendo sin detenerse, pero con ello no logra escapar del acoso, las presiones y la violencia.
“Si no peleo, al día siguiente me va peor, me bombardean con todo tipo de mensajes e insultos”, comenta la adolescente al mostrar evidencia del tipo de mensajes que recibe.
Sus padres han acudido en reiteradas ocasiones a la escuela secundaria pública a denunciar lo que pasa a las autoridades, les ha dicho que sí tiene evidencias de ello, y se han exhibido mensajes, sin embargo, lo único que han logrado conseguir es una defensa a los acosadores, y es que las autoridades se limitan a señalar que la menor agredida no es dejada y que también les contesta en los mensajes, justificando con ello la incitación a la violencia y el constante acoso y agresiones.
Los hechos se desarrollan en la escuela Secundaria Federal #1 “Lic. Benito Juárez”; la situación empeora cada día para Rosy, el nivel de insultos es cada vez más fuerte y las agresiones también, por lo que los padres temen por la integridad de su hija, quien se encuentra afectada emocionalmente, al grado de querer abandonar los estudios, y el constante temor al salir a las calles, pues no vaya a ser que se encuentre con sus agresores.
Este caso es sólo un ejemplo de la realidad que se vive en las instituciones educativas, donde el llamado bullying cobra cada vez mayor fortaleza y las campañas para prevenirlo ahí simplemente no existen.
Pero la pesadilla no termina al llegar el fin de semana, y es que la persecución continúa incluso en los días en que no se asiste a clases, por lo que los padres urgen a que las autoridades educativas hagan algo cuanto antes, y no hasta que ocurra una tragedia.
