En este año se han rebasado los casos de personas que han acudido en promedio al refugio de Mujer Contemporánea en comparación con el 2020.
“El año pasado no hubo gran cosa, el centro de atención externa estaba semicerrado, se nos redujeron las horas para la atención, pero este año en curso llevamos 32 familias atendidas, una trayectoria que no habíamos tenido nunca. Esta violencia se está ejerciendo con niñas, niños y adolescentes, este encierro está afectando, estamos viendo el impacto”, subrayó Roxana D’Escobar López Arellano, presidenta de la organización.
“Vemos una trayectoria importante para el quinto mes. Las violencias se están multiplicando; este encierro, como está impactando y perjudicando, hay niños que se vuelven groseros, retraídos, es un año completamente perdido. Los que van a volver por ejemplo a las escuelas, se van a encontrar con cosas que hay que estar trabajando psicológicamente”.
La presidenta de la organización explicó que este encierro por contingencia incluso ha afectado el comportamiento y consumo de sustancias, pues han identificado a señoras, madres de familia, con problemas de adicción al “crystal”, ellas les dicen: “Tengo que vivir con mi agresor, es la forma que encontré para soportar esto”.
Por otra parte, Roxana mencionó que curiosamente el año pasado que surgió la pandemia los encierros registrados en el refugio de Mujer Contemporánea tuvieron un tope de 42 familias, pero en este año ya van 32, lo que marca un aumento de violencia. “Nos dimos a la tarea de poner más habitaciones en los refugios, entonces, estamos viendo un tsunami”.