Verificadores de Regulación Sanitaria realizaron el aseguramiento de más de media tonelada (530 kilogramos) de queso asadero molido contaminado con una bacteria que afecta gravemente la salud de las personas y cuyo producto se pretendía distribuir en el mercado local.
El decomiso -que se ejecutó en una fábrica de quesos ubicada en la cabecera municipal de Pabellón de Arteaga- se complementó con la clausura de los equipos que se utilizan para procesar el queso, a fin de obligar a los dueños de la empresa a realizar los procedimientos necesarios para erradicar el problema generado por la peligrosa bacteria, señaló el director de Regulación Sanitaria, Octavio Jiménez Macías.
Las autoridades de salubridad mencionaron que un total de 530 kilogramos del derivado del lácteo se confiscaron tras comprobarse el problema de la contaminación del producto, evitando con ello que se llevara a cabo su distribución y comercialización y se pusiera en riesgo la salud de los consumidores.
Se hicieron estudios de laboratorio sobre el queso molido y se constató que se encontraba contaminado con bacterias patógenas que afectan gravemente la salud de las personas, por lo que se ordenó que se evitara su distribución, venta y consumo entre la población.
Así mismo, la autoridad explicó que en seguimiento a la supervisión realizada el 8 de marzo pasado los verificadores de Regulación Sanitaria también suspendieron la línea de producción de queso fresco molido de dicha fábrica de alimentos lácteos tras detectar la presencia de la bacteria denominada “Listeria monocytogenes”, la cual puede llegar a provocar infecciones alimentarias violentas o hasta la muerte.
Explicó que la presencia de esta bacteria en ambos productos se considera una irregularidad sanitaria grave, pues provoca una infección severa a quien consume los alimentos contaminados.
Sobre el particular se reveló que se estima que cada año 1,600 personas contraen en el país esta enfermedad, de las cuales 260 mueren; es más probable que la infección enferme a mujeres embarazadas y a sus recién nacidos, adultos mayores de 65 años o más y a personas con un sistema inmunológico debilitado.