En total descuido y con mal aspecto se encuentra la zona destinada a la Feria luego de dos ediciones canceladas; ahora es un espacio inseguro por la noche, pues destaca la falta de alumbrado público y de vigilancia policial.
El corazón del perímetro ferial luce desolado; desde afuera, la zona de antros sólo es un elefante blanco abandonado, todo se desdibuja con el desánimo y la poca creatividad para dar vida a este punto de la ciudad.
Algunos locales se ven llenos de tablas, basura, carteles con capas de polvo acumulado, evidenciando que han estado demasiado tiempo fuera de uso, incluso quedan letreros de la Feria de San Marcos 2019.
Todo es un escenario derivado de la contingencia sanitaria por el coronavirus, los pasillos sin iluminación por la noche resultan un triste paseo para los peatones por un lugar emblemático del centro de la ciudad que ahora sólo es visitado por alguno que otro cliente que pasa de largo para acudir a alguna cantina o merendero, o negocios aledaños que han sabido sobrevivir en torno al Jardín de San Marcos.
Todo evidencia una falta de mantenimiento al lugar y la nula intervención del propio Patronato.
