Los comerciantes del Centro Histórico de la ciudad padecen una doble crisis, la económica y la de inseguridad con robos a la orden del día, protagonizados en su mayoría por farderos que ingresan en grupo a robar a los comercios.
Cansados de los recurrentes robos, que se han convertido en el cuento de nunca acabar, han optado por ya no denunciar los ilícitos, lo cual no quiere decir que hayan bajado, lo único que ha disminuido es la denuncia. “Los empresarios estamos cansados de esta situación, los trámites para presentar denuncia son tardados y engorrosos, se requiere mucho tiempo para darles seguimiento, por lo que muchas veces ante el bajo monto de los robos muchos comerciantes optan por no dar seguimiento a los casos, o simplemente por no denunciar”, señaló la presidenta interina de la Acocen, Perla Romo.
Reconoció que los robos en la Zona Centro no han parado, a diario los comerciantes son víctimas del robo hormiga y de los grupos de farderos, a quienes incluso tienen perfectamente identificados.
Esas personas dedicadas al robo conocen perfectamente las debilidades de cada negocio, de manera que saben muy bien qué tipo de estrategias poner en marcha. Por lo regular ingresan en grupos de dos a tres personas, y mientras uno entretiene a los responsables, otros se dedican a robar la mercancía.
Por su parte, los comerciantes han tenido que recurrir al fortalecimiento de las medidas de seguridad con cámaras de videovigilancia y la contratación de personal de seguridad que se encarga no sólo de cuidar la mercancía, sino velar por la seguridad del resto de los empleados de los establecimientos.
En consecuencia, los costos por la inseguridad van en aumento, pero nada detiene a la delincuencia, reconoció la nueva líder de los comerciantes del centro de la ciudad.
