Con tal de completar el ingreso y sobrellevar la “cuesta de enero”, la gente está llevando hasta la vajilla a los bazares.
Estos sitios se han convertido en puntos para revender artículos usados sin tener que mostrar facturas o sin necesidad de mostrar identificación para dejar cualquier tipo de aparato.
También carriolas, portabebés, sillas para comer, escritorios, artículos de salón de belleza e incluso utensilios médicos de segunda mano es lo que llega a los bazares, donde se hacen de todo tipo de mercancía de medio uso.
Pero sin duda ahora con el COVID-19 las bajas ventas han afectado a todos, incluso a los bazares y aunque están comprando artículos para reventa, no es lo mismo que otros años y están adquiriendo menos objetos que antes, pues no desean quedarse con stock.
La mercancía aunque es de medio uso se trata con cuidado y los encargados limpian artículos y desinfectan, pintan lo que pueden para que la mercancía luzca mejor y sea colocada a un mejor precio.
Estos bazares también están haciendo uso de las redes sociales para promocionarse y posicionarse, ya que de otra manera no conseguirían ventas.