El impacto económico del COVID-19 en los primeros cuatro meses de la pandemia alcanzó al 30% de los trabajadores que perdieron su empleo, ya que seis de cada 10 hogares reportaron una drástica caída en sus ingresos, informó el INEGI.
De acuerdo a la encuesta telefónica para conocer los efectos de la pandemia, más del 60% de las viviendas tuvieron una disminución en sus ingresos en el período de abril a julio y ante esta situación en un alto porcentaje de esos hogares se tuvo que recurrir a la venta de un bien o a pedir prestado para poder sobrellevar el impacto en la reducción del ingreso.
Dicha situación fue en ascenso, conforme fueron transcurriendo los días de pandemia, en abril fue en el 37.4% de las viviendas que se reportó recurrir a dicha estrategia de vender un bien o pedir prestado, en mayo se presentó en el 40.2%, en junio incrementó al 41.8% y con mayor frecuencia en el mes de julio, cuando prácticamente cinco de cada 10 viviendas del país en donde se redujeron ingresos tuvieron que hacer uso de dicha estrategia.