Aguascalientes.- Una tradición que se niega a desaparecer es la venta de calaveritas de barro y de dulce, pues mientras la mayoría de los adultos van sólo a mirar al tianguis de los muertos o a comprar cacahuates y mandarinas, los chiquillos quieren su calaverita de barro o de azúcar.
Y aunque en este tianguis esté mezclado el Halloween con el Día de Muertos, los chamacos casi siempre piden su calaverita que les truene los dientes de a mentis o su cajita con un esqueleto, que todavía se ve en algunos puestos. Lo que ya no hay son máscaras de cartón de diablo o calavera, pero se ven de monstruos y de material plástico.
En la primera parte de poniente a oriente de este lugar están revueltos los giros de comida, pan y disfraces, en medio las flores y al oriente las calaveras, que aunque lo nieguen, sí se ve que venden.
En esta zona se encuentran además los dulces en forma de frutas, pero el negocio está en el estacionamiento, pues los que van en carro deben pagar 40 pesos para dejar su vehículo un poco más seguro o pagar la cuota voluntaria a los franeleros que prometen cuidar el vehículo, con el riesgo de que al terminar el recorrido se lleven la sorpresa de que ya los cristalearon.