CIUDAD DE MÉXICO, octubre 31 (EL UNIVERSAL).- Ofrenda de Día de Muertos de Palacio Nacional está dedicada a Ifigenia Martínez, quien el 1 de octubre le colocó la banda presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, así como a reconocidas mujeres que han abierto brecha y luchado por sus derechos políticos, sociales y económicos.
A un costado del Jardín Botánico que se encuentra al interior de Palacio Nacional fue instalado un altar de siete niveles, que corresponden a los del inframundo mesoamericano, y cuyo origen, purépecha de Santa Fe de la Laguna, Michoacán, donde destaca la producción de la cerámica vidriada en negro.
Durante un recorrido se pudo observar que el altar cuenta con elementos tradicionales de las ofrendas de esa comunidad, como son los frutos que se dan en la región (cítricos, mandarinas, naranjas y limones), la base agroalimentaria: maíz, frijol, calabaza, que no pueden faltar en un ningún altar de la región Mesoamericana, incluyendo la purépecha.
Otros elementos de rigor: agua, atole, cacahuates, pan de muerto (pan purépecha), chilacayotes, chayotes, sal, café y tamales, así como ángeles de azúcar los cuales se hacen en Pátzcuaro y se usan en varias comunidades purépechas, donde son llamados “Dulce de Muertos”.
Ofrenda honra a mujeres influyentes
Entre estas precursoras se honra la memoria de Ifigenia Martínez, quien le entrego la banda presidencial a Claudia Sheinbaum; Rita Cetina Gutiérrez, su labor se centró en la enseñanza a niñas y jóvenes de Yucatán, fundó la primera revista escrita por y para mujeres; Laureana Wright González, quien desde 1888 exigió el derecho al voto femenino; Hermila Galindo Acosta, pionera del sufragismo y el feminismo, quien solicitó al Congreso Constituyente de 1916-1917 el voto femenino.
Rosa Torre González, primera regidora del país en Mérida en 1922; Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cicero, primeras diputadas en la legislatura de Yucatán en 1923.
También Aurora Meza Andraca, primera concejal en Chilpancingo, Guerrero, en 1935; Refugio “Cuca” García, feminista y sufragista quien realizó una huelga de hambre en 1937 al no reconocerse su triunfo en la diputación de Uruapan; Rosario Castellanos, su trabajo literario abordó temas como la identidad femenina, la discriminación indígena y las injusticias sociales.
Así como Aurora Jiménez, primera diputada federal por Baja California en 1954; Alicia Arellano Tapia y María Lavalle, primeras senadoras por Sonora y Campeche en 1964 y Rosario Ibarra, primera candidata presidencial en 1982.
“Durante décadas, miles de mujeres se movilizaron en todos los rincones del país para luchar por sus derechos políticos, sociales y económicos. El reconocimiento de la ciudadanía plena fue una de sus principales banderas. Desde las aulas, las páginas de cientos de publicaciones, las plazas públicas y desde organizaciones multitudinarias como el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, las sufragistas combatieron prejuicios, difundieron ideales y abrieron el camino para un gran cambio político que reconociera no solo su derecho a elegir a sus representantes, sino también a ser electas”, destaca la información de la presentación de la Ofrenda.
Añade: “Hay una larga lista de mujeres pioneras que lucharon para conquistar estos derechos y fueron ocupando paulatinamente los espacios políticos que les habían estado negados”.