- La agresión armada la consumaron dos sicarios, que huyeron en una motocicleta y no fueron detenidos
Dos sicarios consumaron una agresión armada en un taller de motocicletas en el Ejido Cumbres, al oriente de la ciudad, donde ejecutaron a un joven de un balazo en el rostro e hirieron a otro de un disparo en el abdomen para luego escapar en una motocicleta, por lo que no fueron detenidos.
El ataque sucedió alrededor de las 22:50 horas de este martes en el taller denominado MOTO SERVICIO, ubicado en la calle Sierra de las Garzas casi esquina con Pedro Quintanar, en el citado Ejido Cumbres.
El ejecutado fue identificado como Uriel Arnulfo Frausto, de 27 años de edad, mientras que el lesionado resultó ser Óscar Daniel Rangel Martínez, de 32 años, que terminó hospitalizado.
Ambos se hallaban en el citado taller de motocicletas cuando de pronto arribaron los dos agresores a bordo de una moto.
Uno de ellos llevaba puesto un casco de protección y el otro portaba una mariconera.
Tras ingresar al inmueble, les dispararon a ambas víctimas y luego escaparon a toda velocidad en la “jaca de acero”.
Uriel quedó tirado en el piso, boca arriba, mientras que Óscar Daniel salió del taller y corrió hacia la avenida Siglo XXI y el boulevard Guadalupano, sentándose afuera de una Farmacia Guadalajara a la espera de ayuda.
Oficiales de la Policía Municipal se trasladaron al taller tras ser enterados de la agresión armada y acordonaron la zona luego de que se confirmó la muerte de Uriel.
Otros elementos de Seguridad Pública se encontraron con el herido en el exterior de la farmacia mencionada e instantes después fue auxiliado por paramédicos municipales, que le diagnosticaron una herida de bala en el abdomen y lo trasladaron al Hospital 2 del Seguro Social para su pronta atención.
Instantes después llegaron al lugar del homicidio oficiales de la Guardia Nacional y elementos del Ejército Mexicano, que brindaron seguridad perimetral hasta que hicieron acto de presencia agentes de la Policía de Investigación para iniciar las pesquisas y peritos de la Dirección General de Investigación Pericial, que procesaron la escena de la ejecución.
Los policías rastrearon el área en busca de los sicarios, pero no los localizaron.
Al término de las diligencias, el cuerpo del abatido fue trasladado al Servicio Médico Forense para la práctica de la necropsia de ley.
