Ciudad de México – Uno de cada cuatro adolescentes en México está en riesgo de padecer depresión alguna vez en su vida, o ya ha pasado por trastornos psicológicos debido al consumo de sustancias psicoativas, alertó este miércoles una especialista.
Silvia Morales Chainé, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que además una de cada cinco personas tarda entre 4 y 20 años en tomar una terapia para atender algún padecimiento mental.
La también coordinadora de los Centros de Formación y Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología explicó que debido a ello se considera que la depresión se ha convertido en un problema serio de salud en México y en el mundo.
Aseveró que la morbilidad pudiera deberse a que este padecimiento tiene distintas condiciones o riesgos, vinculados al estado de ánimo, emociones y alteraciones en la vida cotidiana.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Morales Chainé explicó que se espera que en un futuro próximo la depresión sea uno de los padecimientos que los jóvenes presentarán con mayor frecuencia en un futuro próximo, junto a los trastornos por uso de sustancias psicoativas y a pensamientos e intentos suicidas.
La depresión, dijo la experta, varía en severidad ya que puede ir de leve a grave y en duración, ya que se puede presentar por meses o años.
Detalló que según estudios de la Facultad de Psicología, se han podido asociar a este padecimiento factores asociados a esta condición, la mayoría son psicosociales como desempleo, pobreza y eventos estresantes.
La docente resaltó que quienes tienen un primer contacto con los jóvenes deben observar si tienen dificultades para llevar a cabo labores habituales, y estar atentos a indicios como expresar frecuentemente sentimientos de tristeza.
“No sólo es producto de una condición emocional, también puede deberse al consumo de sustancias o violencia intrafamiliar o social”, agregó.
En niños y adolescentes se observan problemas de actitud, enojo y ansiedad como indicadores de depresión; esto no significa que sean perezosos, sino que requieren atención profesional para recuperarse, puntualizó.
Los pensamientos sobre la falta de valor pueden mejorar con apoyo farmacológico y social. “No se trata de un problema de actitud, sino de un trastorno que requiere ayuda profesional”, concluyó la especialista.
EFE